Les comparto las entrevistas que realicé a Andrea Lelli, Ceci Raspo y Coqui Dutto para que cuenten de qué se trata el Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña que este año tuvo como sede a la Argentina y por qué la música es tan importante para la infancia.
MÚSICA PARA LA INFANCIA
Un movimiento musical que recorre el continente
Durante octubre tuvo lugar el 13er Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña Argentina 2017, encuentro que se realiza cada dos años en distintos países latinoamericanos. Con él se abre la invitación a pensar cuál es la importancia de la música en la infancia, y cuál es el compromiso que tenemos los adultos a la hora de compartir con los chicos propuestas de calidad.
Andrea Lelli, Ceci Raspo y Coqui Dutto trabajan hace años en el ámbito de la música infantil independiente, forman parte del Movimiento de Música para la Infancia (MOMUSI) que es el colectivo organizador para la sede Córdoba del Encuentro y comparten en esta entrevista sus opiniones y experiencias.
“La música es un modo de construir el ser, de modelar personalidad, de brindar pertenencia, raíces, alas. Es tan importante como el alimento diario. Y les aseguro que no exagero”, remata Coqui Dutto, quien es música, docente y conduce el programa radial para chicos “Me extraña araña” que sale todos los sábados por Radio Universidad. “Vivo el hacer música para niños con una inmensa alegría. Siento que en esa tarea encontré mi lugar, mi ámbito, mi modo de ser y perdurar. Me encanta establecer contacto con ellos, siento que puedo dejar algo y a la vez me renueva y abre miradas que no tenía. Creo que de algún modo es lo que propone el juego permanente que se da en la actividad artística para la infancia”.
Ceci Raspo, artista cordobesa, música violonchelista, cuenta que hacer música para chicos es un sueño hecho realidad, que después de participar como asistente en la edición del Encuentro que tuvo lugar en Córdoba en el año 1999 se decidió. “Desde entonces mi camino ha sido un aprendizaje inmenso, de darse cuenta de que lo que uno soñaba era ‘mucho más’ en un montón de cosas, mucho más jodido, mucho más lindo, mucho más satisfactorio, mucho más enroscado el laburo, pero siempre fue para mí un placer inconmensurable”.
Para Andrea Lelli, música y docente, integrante del grupo Abriendo Rondas, trabajar en el ámbito de la música infantil “es fascinante, porque es un campo de la producción artística que demanda un posicionamiento en muchos aspectos que no solamente tienen que ver con el dominio del lenguaje musical, para quienes somos músicos. Te obliga a mirar hacia otros lugares, al campo de la literatura, de la escena, hacia el campo de lo musical, hacia otras miradas en torno a la infancia, que escapan a lo artístico pero que sin embargo tienen que ver con el modo en que uno la piensa a la infancia. De alguna manera, todas las decisiones que se van tomando a la hora de grabar un disco o de pensar un espectáculo o generar una propuesta pedagógica para niños, todos esos aspectos se encuentran en un punto, y eso es lo desafiante para quienes nos dedicamos a esto”.

Zoología africana, rima fácil, canciones utilitarias y propuestas artísticas
Ceci hace un recuento: “Lo más común que se encuentra en la música infantil es toda la zoología africana humanizada: leones, jirafas, todos los bichos (sapitos, gatitos, grillitos), en general todo chiquito. ¿Necesitás acomodar cosas? ‘A ordenar, a ordenar, vamos todos a ordenar…’ En cambio, desde el Momusi la música infantil tiene una línea de trabajo que se escapa a las canciones utilitarias, se busca por otro lado, no pedagógico si no más artístico”. Andrea toma la posta y cuenta: “Después de María Elena Walsh y desde los primeros Encuentros de la Canción, Pescetti fue de los primeros que se animó a decir que la canción para niños también pueden hablar de miedo, de terror, pueden tener vergüenza, pueden hablar de estar enamorados, de la justicia, de los derechos que tienen y son temáticas que de algún modo el autor, el cantautor tiene que acompañar. Como movimiento se empezaron a plantear esos temas y a trabajar en ese sentido lo que ha generado temáticas muy diversas: grupos que hacen un trabajo de recuperación de sus músicas regionales, grupos muy abocados a materiales vinculados a lo lúdico, grupos que hacen propuestas netamente de autor”. Las temáticas, siempre están vinculadas a los intereses propios de la edad de los chicos, Coqui enumera: “los animales, los juguetes, el mundo por descubrir, lo cotidiano, las emociones, las preguntas, las dudas, los enojos; el juego en todas sus formas, como el disparate, el absurdo, el cambio de roles, la personificación”. Cualquier tema es válido, pero siempre desde el cuestionamiento previo de qué le acercan a los chicos, alejándose de los estereotipos, de la rima o la estética fácil.

Puentes para que la música viaje
Tal vez el mayor desafío es que esas propuestas musicales llevadas adelante con cariño, dedicación, tiempo, estudio y preparación, efectivamente ‘lleguen’ a los chicos, en un mercado visiblemente copado por propuestas comerciales que no siempre están trabajadas desde el cuidado artístico y el respeto por el niño que caracterizan a estos artistas independientes que formaron en el año 2009 el Movimiento de Música para la Infancia o Momusi. “Los chicos escuchan lo que escuchan los papás y lo que ofrecen los medios, en ese orden”, sintetiza Ceci y Andrea agrega: “Quizás un niño que va creciendo va haciendo una aparente opción por la música más comercial pero sin embargo, en este proceso de acompañamiento que hacemos los adultos desde la familia o desde la escuela, que son las instituciones que ellos frecuentan, si ese acompañamiento estuvo enriquecido con la posibilidad de elegir, que ellos puedan acceder a distintos tipos de música, en algún momento eso lo recuperan y lo retoman”. Pero el tema de los medios no deja de estar presente. Ceci argumenta que es mucho más factible que los chicos lleguen antes a la música de Tinelli y armen sus gustos musicales a partir de lo que consumen en los medios que a las propuestas musicales independientes que difícilmente tienen llegada masiva y remata: “Si cada vez que los chicos prenden la televisión estuviera yo, les encantaría lo mío” (risas). “Porque el niño por sí mismo no decide casi nada, el que le habilita al niño un mundo o se lo niega por la razón que sea, es el adulto que lo lleva de la mano”.
En la misma sintonía Andrea continúa: “El mediador, que es quien hace de puente entre el artista, el productor de discos o el escritor y los niños, es importante que sea un adulto sensible frente a las propuestas alternativas que en este caso la música para niños ofrece”, y sigue: “Es por eso que muchos de los grupos trabajan en dos sentidos: por un lado en su trabajo como artistas pero también generando espacios de capacitación, instancias de discusión que sensibilicen e involucren al adulto desde algún lugar para que sea el primero que consuma ese material, que se lo apropie para hacerlo llegar a los niños. En el caso de los docentes es central, si no puede apropiarse de las canciones que escucha difícilmente pueda hacer que eso se plasme en una actividad de producción musical en el aula”. En el caso de la música para la infancia, si bien no hace falta que el mediador sea un músico especializado, sí hace falta que se anime a cantar, que se anime a generar una experiencia musical y eso solo es posible si él mismo pasó por esa propia experiencia de hacer música, de sentirse niño por un rato. Los juegos tradicionales, las canciones populares de la propia infancia, la ronda, son herramientas que pueden ayudar a la familia y a los docentes para que la música aparezca.
En ese sentido, los esfuerzos de los Encuentros de la Canción están puestos ahí, en el espacio académico, de capacitación. Dentro del movimiento tampoco es menor el debate sobre los modos de circulación de las propuestas discográficas y artísticas. No alcanza con difundirlo en el ámbito de un encuentro, donde los músicos se reúnen a discutir sobre la música para la infancia. Hay que encontrar acciones que vayan en otro sentido y de algún modo lleguen a nuevos lugares.

El Movimiento de la música
No es casual que estos grupos decidieran denominarse como un ‘movimiento’. Los grupos se mueven de un lado para otro cada dos años. No solamente la sede que los recibe si no también los grupos que van a participar. Hay una intención fuerte de movilizar al otro, en muchos sentidos, a los docentes a acercarse a otras músicas, a los músicos a animarse a generar propuestas específicas. El Encuentro de este año es sede en Argentina y según dice Andrea, “cada vez que un país es sede, eso moviliza, inquieta, anima a otro a hacer. Y en ese hacer se va enriqueciendo lo diverso”.
A los grupos anfitriones y organizadores de la sede Córdoba los conocemos, trabajan todo el año presentando propuestas artísticas de calidad en la ciudad. Son los grupos Abriendo Rondas, Ceci Raspo, Coqui Dutto, Toco con Poco, Guillo y Pico, Piedra Papel Tijera, Ceci Luna y Tres Tigres Teatro. Para este 13er Encuentro se sumaron a la organización Edgardo Varán, Grupo La Chicharra, Alas de cuento, Sebastián García, Susana Barrandeguy, Qhusi Tawaqu, Marisa Volpiano, Ediciones de la Terraza y Garba.
Pero este Encuentro no es cualquier momento del año, es una instancia especial, el objetivo, como dice Coqui, “es compartir mucha música hermosa. Cantar, jugar, bailar, escuchar, llenar de música a la infancia de nuestra provincia y por qué no, de todo el país. Tratar de llegar a todos los rincones donde nos abran la puerta y donde quieran que los niños y niñas reciban las mejores propuestas musicales que están sonando en este momento en el continente”.
Sobre el encuentro
Córdoba será una de las sedes regionales del 13er Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña Argentina 2017. Este encuentro se realiza en diferentes países latinoamericanos cada dos años y es la segunda vez que Argentina es sede, la primera fue en el año 1999.
El encuentro constará de una propuesta académica-formativa y también de espectáculos musicales para todo público. Tendrá lugar en Ciudad de las Artes y el Instituto Domingo Zípoli del 6 al 10 de octubre de este año, y para los que quieran participar del cierre general, el encuentro continuará en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), del 12 al 15 del mismo mes. Córdoba, como base de la región centro, ofrecerá la posibilidad de participar de talleres, conferencias, clínicas, charlas, conciertos y experiencias junto a referentes de la canción infantil de Colombia, Guatemala, Chile, Perú, Brasil, Uruguay y Argentina. También habrá feria de discos y publicaciones abocadas al público infantojuvenil.
La programación académica está orientada a músicos, compositores, docentes, comunicadores, gestores culturales, productores y demás interesados en la cultura para la infancia desde una perspectiva integral. Uno de los objetivos fundamentales del encuentro es que los educadores y todos aquellos agentes públicos o privados vinculados a la infancia, puedan conocer y utilizar las diversas propuestas artísticas del rico mapa sonoro latinoamericano, para multiplicarlo en su trabajo cotidiano.
Este evento está organizado por el MOCILYC, Movimiento de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña, a través del MOMUSI, Movimiento de Música para Niñas y Niños Córdoba. La programación junto a toda la información sobre inscripciones, que cuenta con certificación, con puntaje oficial para docentes municipales, además de las promociones vigentes si participan en grupo, se pueden encontrar en el link: https://13encuentrocancioninfantil.com.ar/region-centro/

Esta nota fue publicada en la edición impresa y digital de La Nueva Mañana, el lunes 11 de septiembre de 2017, sección Cultura & Espectáculos. Fuente original: https://lmdiario.com.ar/noticia/20832/musica-para-la-infancia-un-movimiento-musical-que-recorre-el-continente